domingo, 12 de febrero de 2006

Ascensión al Vértice de Anayet - 2.559 metros. - 12 de Febrero del 2006

Ascensión al Vértice de Anayet - 2.559 metros.

Tras comenzar en esto de la montaña en el 2005, el 2006 me deparaba mi primera invernal. Nunca había subido una montaña en presencia de nieve y la experiencia tuvo un poco de todo, momentos buenos y no tan buenos, debido a la inexperiencia y falta de preparación.

El Vértice de Anayet se encuentra en el circo formado por varias cumbres entre las que destaca por encima del resto el Pico de Anayet, que, sin ser el más alto, sí que es el que atrae todas las miradas debido a su belleza. Sin ser una montaña muy grande, la primera vez que lo ves recorriendo el camino que lleva a los ibones impresiona, aparece así de repente y la verdad es que uno no puede quitarle los ojos de encima.

A este circo se puede llegar o bien desde Formigal siguiendo el GR-11 en dirección a los Ibones de Anayet, o bien viniendo desde Canfranc atravesando la Canal Roya hasta la Rinconada.

A su alrededor, varias cumbres: Vértice de Anayet, Falso Anayet o Punta de las Negras, Culibillas, Arroyeras... nosotros decidimos subir al Vértice de Anayet, debido a que es asequible y tiene muy buenas vistas de todo lo que hay alrededor.

Como decía, seguimos el GR-11, aunque al tratarse de una actividad invernal, el camino está tapado, pero seguimos la misma orientación del camino, hasta llegar a los ibones. Durante el camino, me voy dando la vuelta contínuamente a medida que vamos ganando altura para contemplar las cumbres de Panticosa y Sallent, primera vez que las veía y disfruto de esos paisajes nuevos para mí.

Una vez alcanzamos los Ibones de Anayet, queda acceder al collado que separa Anayet y Vértice para ir a la izquierda, ahi resbalamos en el collado y lo pasamos mal durante un rato, afortunadamente todo queda en un susto y tras recuperar la calma, afrontamos la parte final de la ascensión, con cuidado pero ya sin ningún susto hasta alcanzar la cima.

Las vistas del Pico Anayet desde la cima son inolvidables, posee una fuerza especial y hace que apenas prestemos atención al resto del paisaje. Es algo que suele pasar cuando se ascienden montañas que tienen muy cerca otras igual de grandes o incluso más. Años después experimenté algo similar subiendo al Peireguet y contemplando el Midi.


Tomando un respiro durante la ascensión, al fondo se distinguen los Infiernos.


Ya en la parte final , disfrutando de las vistas hacia el Anayet.


Silueta del Vértice de Anayet antes de subirlo.


Ya en la cima, impresionan tanto el Anayet como el Midi d´Osseau.


Foto de cima.


Vistas hacia las montañas de Astún-Candanchú y las de los Valles de Hecho-Ansó.


Vistas hacia Balaitous, Palas, Infiernos, etc.