sábado, 21 de agosto de 2010

Ascensión al Aspe - 21 de Agosto del 2010

Ascensión al Aspe (2.645 m.).

21 de Agosto del 2010.


El Aspe es una de esas montañas que se pueden ver desde las pistas de esquí de Astún o Candanchú. Es uno de tantos picos del pirineo que no alcanzan la mítica cima de 3.000 metros de altitud pero que tienen gran importancia en la zona en la que se encuentran, como por ejemplo, Bisaurín, ya comentado en este blog. 

El Aspe es la principal cima de todas las que forman un grupo de 5 o 6 picos agrupados: Llana de la Garganta, Llana del Bozo, Pico Lecherín o Garganta de Borau, Sombrero... a mitad de camino entre las cumbres del pirineo occidental (Hecho-Ansó) y el Valle del Aragón, se puede subir desde Aisa o desde Candanchú, siendo la que va por Aisa la que ofrece menos dificultades.

Y aunque esta montaña no es uno de los míticos tresmiles del pirineo, posiblemente sea una de las que más sensación de gran montaña me han dejado. Es un pico donde no se puede caminar relajado en ningún momento, y es que ascender esta montaña es como caminar por un enorme queso gruyere, buena parte del camino está repleto de agujeros , cavidades, grietas... y un error o una falta de atención puede hacer que nuestros tobillos o rodillas sufran consecuencias graves.

Y es que al igual que muchas otras montañas, el Aspe es un pico calcáreo en su gran parte, y todas las zonas de caliza, debido a la acción erosiva de agua y aire, dejan siempre lo que se conoce como lapiaces, zonas karsticas donde hay que pasar de piedra en piedra sin meter los pies en las grietas. Algunas pueden ser pequeñas pero otras son auténticas grutas donde ya sería imposible salir por nuestros propios medios en caso de caer dentro. En el caso del Aspe, estamos además, hablando de uno de los lapiaces más grandes que hay en el pirineo, cruzarlo nos llevó bastante tiempo.

El camino comienza en los alrededores de Aisa, parte una pista en dirección Norte. Al final de la pista hay una valla donde ya aparcamos y donde comenzamos a caminar.




PIsta al comienzo de la jornada

Muchos picos tienen zonas o pasos que los hacen conocidos: La escupidera, en Monte Perdido, o el Paso de Mahoma-Puente de Mahoma, son claros ejemplos. En el caso del Aspe, hay que subir por una zona conocida como el "Embudo", por ahí subiremos, aunque hay que decir que no tiene problema especial en condiciones de verano, sin nieve.




Imagen del Embudo a medida que nos acercamos.

Consiste en una especie de valle colgado donde nos adentramos a través de un sendero sencillo. Conforme ganamos altura nos vamos acercando más a zonas rocosas. Más tarde tenemos que hacer una travesía para ganar un collado que nos introducirá en lo más espectacular de esta montaña.

Y es que esta montaña nos muestra un lapiaz, una zona kárstica de dimensiones enormes. Tenemos que poner todos los sentidos para no meter un pie en un agujero porque nos supondría una lesión importante. La primera impresión al ver semejante lugar agujereado fue como la de estar en otro mundo, y es una de las cosas que esta sea una gran montaña a pesar de su altitud media.



Imagen del Lapiaz (I)


Imagen del Lapiaz (II)




El grupo se separó para ir por sitios distintos en la parte final del lapiaz.


Una vez superado el lapiaz prácticamente estamos en la cima. Ganaremos antes un collado desde el que podemos contemplar las cumbres cercanas, principalmente Llana del Bozo, espectacular. Pero desde la cima las vistas mejoran, obviamente.




Bisaurín, Collarada, Mallos de Lecherín, Pirineo Central... un espectáculo como lo es siempre subir a una cumbre del pirineo. 





Foto de cima. Se ven detrás Llana del Bozo y al fondo Bisaurin.



Foto de cima. Pico y mallos de Lecherín, al fondo Collarada





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